El problema capital de las escalas

«Para la mayoría de geógrafos, la dimensión del territorio tomado en consideración y los criterios de su elección no parece que deban influir fundamentalmente en sus observaciones y sus razonamientos. Sin embargo, basta con hojear un manual de geografía o la colección de una revista para darse cuenta de que las ilustraciones cartográficas son de tipo extremadamente diferente, pues los mapas son de escala muy desigual: algunos son planisferios que presentan la totalidad del globo, otros representan un continente; otros un Estado (vasto o pequeño), otros una «región» cuya extensión puede ser variable, otros una aglomeración urbana, un barrio, una aldea y su territorio, una explotación rural y sus dependencias, un aclaro en el bosque, una charca, una cantera, etc. Estas extensiones de dimensiones tan dispares están representadas por mapas cuyas escalas son muy diferentes: desde los mapas a pequeñísima escala que representan el conjunto del mundo hasta mapas y planos a grandísima escala que representan de manera detallada espacios relativamente extensos.

Entre todos estos mapas de escala tan dispar no existen únicamente diferencias cuantitativas, según la dimensión del espacio representado, sino también diferencias cualitativas, pues un fenómeno sólo puede ser representado a determinada escala; a otras escalas no es representable o su significado se modifica. Se trata de un problema esencial  pero difícil.

(…)

Las exigencias prácticas hacen que los militares sepan perfectamente que no se puede decidir la estrategia de un conjunto y de las diferentes operaciones con los mismos mapas. La estrategia se elabora a una escala más pequeña que la táctica».

Yves Lacoste. La géographie, ça sert d’abord à faire la guerre. Paris, 1976.

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